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Clase 5: Didáctica y Curriculum II Nivel Terciario. Ley de Educ. Superior 24.521 Barreras educativas. Rol del Docente Inclusivo.

Hablar de trayectorias escolares inclusivas en el nivel superior implica reconocer que la discapacidad no se encuentra en las personas, sino en los entornos que generan las barreras.

Clase 5: Didáctica y Curriculum II Nivel Terciario. Ley de Educ. Superior 24.521  Barreras educativas. Rol del Docente Inclusivo.

Las universidades deben comprometerse a suprimir barreras arquitectónicas, urbanísticas y comunicacionales, al mismo tiempo que promueven la accesibilidad académica y tecnológica mediante intérpretes, materiales digitales accesibles y plataformas inclusivas. También hay que dejar atrás enfoques asistencialistas y flexibilizar las prácticas pedagógicas y evaluativas, de manera que se valoren las singularidades de cada estudiante sin reducir la calidad académica.

Para lograr trayectorias inclusivas se requiere un proceso de autorreflexión institucional que cuestione prácticas, discursos y estructuras, abriendo paso a una universidad que no solo hable de inclusión, sino que la concrete en su vida cotidiana.

Pautas a tener presentes en las Trayectorias Escolares Inclusivas en el Nivel Superior

1. Comprender la discapacidad desde un modelo social.

La discapacidad no es atributo individual, sino el resultado de la interacción con entornos e instituciones que generan barreras.

Fundamento: en el video se habla de “entornos discapacitantes, discursos discapacitantes e instituciones discapacitantes”. Esto implica que la responsabilidad está en la universidad, no en el estudiante.

2. Garantizar la accesibilidad como derecho, no como favor.

La accesibilidad (física, comunicacional, académica y cultural) debe estar planteada como obligación institucional y no depender de la “buena voluntad” de un docente.

Ejemplo: en la universidad se tiene que adaptar los programas, la bibliografía y los entornos virtuales desde el inicio para todos, no a pedido individual.

3. Suprimir barreras arquitectónicas y urbanísticas.

Asegurar la movilidad libre y segura en los edificios y espacios de la universidad.

Ejemplo: las universidades tienen que tener rampas, ascensores, señalética adecuada, mobiliario adaptado, accesos sin obstáculos.

4. Promover la accesibilidad académica y tecnológica.

Incorporar intérpretes de Lengua de Señas Argentina, rediseñar entornos virtuales y difundir información en múltiples formatos.

Ejemplo: a los estudiantes se les debe proporcionar material digital accesible, lectores de pantalla, macrotipos, plataformas educativas inclusivas.

5. Evitar enfoques asistencialistas o paliativos.

La inclusión no debe ser vista como “ayuda” o “favor”, sino como condición estructural del derecho a la educación.

Ejemplo:  hay que cambiar los paradigmas, dejar atrás la mirada de “pobre persona” y revisar metodologías, recursos y formatos de enseñanza.

6. Flexibilizar las prácticas pedagógicas y evaluativas.

Incorporar diversidad de metodologías y recursos didácticos que contemplen singularidades y necesidades de aprendizaje

Ejemplo: diversificar las metodologías evaluaciones orales, uso de software lector de pantalla, trabajos adaptados sin reducir contenidos académicos.

7. Reconocer la diversidad cultural y subjetiva.

No homogeneizar; cada estudiante es un sujeto con singularidades e individualidades.

Ejemplo: adaptar la enseñanza teniendo en cuenta pautas culturales de los grupos, no solo ajustes técnicos.

8. Impulsar cambios institucionales y autorreflexión.

La inclusión requiere revisión crítica de las prácticas institucionales y no quedarse en discursos generales.

Ejemplo: diagnósticos institucionales sobre barreras, programas de inclusión, espacios de debate y formación docente.


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